Desde una tarima hasta un muro
Desde una tarima hasta un muro
En las comunas de Medellín, el proceso del hip hop ha sido un camino marcado por la superación de la violencia. Las agrupaciones de jóvenes artistas han jugado un papel fundamental en este proceso, utilizando el hip hop como una herramienta para expresar su realidad. A través de la música, el graffiti, el break dance y el rap, estas comunidades han encontrado una salida positiva y creativa para enfrentar los desafíos que enfrentan a diario.
En una tarde soleada de mayo, las calles de la Comuna 13 de Medellín cobran vida con los grafitis y el vibrante ritmo del hip hop y la energía contagiosa de la juventud local.
En medio de toda la multitud, estaba Jeison, uno de los integrantes del colectivo Kifo, un hombre alto, delgado, de piel negra y un afro gigante que se movía como el viento por la forma en la que bailaba. Volteretas, mortales, todo eso encima de un tapete de cuadros y alrededor una bulla contagiosa.
En el epicentro de este bullicioso escenario se encontraba el Colectivo Kifo, una iniciativa nacida en 2011 pero gestada mucho antes en la pasión y el compromiso de jóvenes con el arte y la comunidad.
En el otro andén, un hombre blanco, alto, barbado con canas, camisa azul, mira un graffiti que se replica una y otra vez por toda la pared. Pablo de Deúniti, un creador de grafitis y codirector de Deúniti un grupo creador de grafitis y murales que dejan marca en la comunidad como en la sociedad, creando conciencia y trabajando de la mano para dejar algo que represente la comunidad como lo que son.
La historia del Colectivo Kifo es una narrativa de perseverancia y compromiso con el cambio. Desde sus inicios, el grupo se embarcó en la misión de llevar la cultura urbana a las calles de su barrio, desafiando las adversidades y la falta de recursos. Lo que comenzó como un sueño compartido entre talleristas se convirtió en un movimiento cultural que trascendió las fronteras de la Comuna 13.”El colectivo nace en el año 2011, pero era algo que ya veníamos haciendo sin necesidad de estar conformados con esa figura pública de ser una organización ya legalmente conformada”, habla Jeison.
En el otro extremo de Medellín se forjaba otra agrupación de unos jóvenes que se conocían desde el colegio, que crecieron y siguieron su vida, deciden reencontrarse y empezar a crear grafitis en las calles de Medellín, su nombre un recuerdo que se volvió su marca grupal Deúniti y de la mano con el colectivo Kifo crearían arte para los jóvenes de las comunas, mostrando resiliencia y respeto.”En el colegio estábamos en clase de inglés con mis amigos y empezamos a molestar, llegando a interrumpir la clase”, comentó Pablo.
-¡Hey! - les dice la profe con voz sulfurada.
Nosotros nos volteamos y nos quedamos mirando fijamente a la profe
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-Ustedes son de Unity.
-¡¿Qué?! - dijimos todos sorprendidos.
-Ustedes son la unión.
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“Así fue que decidimos cuál sería nuestro nombre”, dijo Pablo con una sonrisa de oreja a oreja. Y así inició e hizo que alcanzaran proyectos para impulsar a jóvenes a continuar a pesar de la violencia. “Lo cambiamos y le dimos nuestro toque personal y lo dejamos como Deúniti, todo eso gracias a un recuerdo del colegio”, añadió.
Años más tarde se conocería con Jeison mientras pintaba un grafiti.
-¿Y vos qué estás haciendo en esa pared? - le preguntó Jeison.
Mientras que Pablo y los demás integrantes del colectivo tenían una lata en la mano y máscaras para que el olor de la pintura no les hiciera daño.
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-¿es que no ve? - le respondió Pablo con un tono tosco.
-estamos haciendo arte, hay jóvenes aquí que se expresan de esta manera, y prefiero esta resiliencia a que se pierdan en las calles como en el pasado.
En ese momento fue cuando a Jeison se le ocurrió que se unieran para realizar un festival anual y así muchos jóvenes de varias comunas pudieran ir, aprender y expresarse.
A través de sus fundadores y miembros activos, se revela el arduo trabajo detrás del festival anual del colectivo, un evento que va más allá de la música y el arte.”Los pelados le huyen al conocimiento. Todo el mundo quiere una pluma, la tarima o una, poner o hacer cosas. Pero se les está olvidando que la parte más importante de cualquier profesión es el conocimiento”, menciona Jeison. Se convierte en una plataforma para la formación y el empoderamiento de los jóvenes. Los cursos formativos, conversatorios y actividades comunitarias son solo algunas de las herramientas utilizadas para fomentar el crecimiento personal y artístico de los participantes.
“El muralismo tiene la capacidad de unir a personas de todas las edades y backgrounds. Es un arte que promueve el diálogo intercultural y el entendimiento mutuo.”, Deúniti. Sin embargo, el camino del Colectivo Kifo no ha estado exento de desafíos.
La lucha por conseguir recursos y apoyo institucional ha sido constante, enfrentado varios obstáculos. A pesar de ello, su determinación y dedicación han sido inquebrantables, demostrando que el verdadero poder del arte radica en su capacidad para inspirar cambio y unidad en la comunidad logrando un objetivo importante “Logramos hacerlo la doceava versión y la treceava versión por medio de la Comuna 13 el colectivo.”.
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El espíritu resiliente y optimista que impulsa al Colectivo Kifo hacia adelante, con la esperanza de seguir creando espacios de expresión y aprendizaje para las generaciones futuras. Con cada festival, taller y proyecto, continúan tejiendo los hilos de una red comunitaria que trasciende fronteras y promueve el poder transformador del arte y la cultura en las comunidades marginadas.”El propósito del festival, como tal, era una parte formativa. Era que todos los grupos emergentes tenían que estar en esa parte formativa, donde se explicaba cómo se hace un brochure”, dice el colectivo Kifo.
- Buenas tardes, ¡¿cómo está la gente de Medellín?! - saludan cantando
un sonido aturdidor llegó a la tarima.
-Vamos a dar un pasito hacia atrás y dejar espacio para que circulen las motos y podamos empezar - dice emocionado un bailarín.
En ese instante, el DJ que está detrás de todos preparando la mezcla para empezar a bailar.
-Transcurren 5 minutos.
-¡¿Están preparados?! - quién preguntan con entusiasmo
-¡Siiiiiii!- responde una multitud eufórica.
De fondo empiezan a sonar unas combinaciones de canciones y van apareciendo jóvenes saltando animando a la gente, bailándoles y recreando personajes al ritmo de la música.
-Aplausos se escuchan
Ellos animando a la gente con fondo bulla que acompaña la danza de la agrupación que surge del amor y la pasión.
Mientras esto sucede, Deúniti, reunidos con jóvenes, se preparan para empezar a pintar en una pared blanca. pero el mensaje a traves del arte es una de las herramientas que más usan. Este ejercicio es común, lo hacen casi siempre que van a los distintos territorios. ‘‘De la mano de la comunidad trabajamos para crear murales o crearon graffiti que los marca a ellos como territorio y que marquen sus vivencias, que marquen lo que son y lo que han vivido, que cada vez que ellos pasen le saquen una sonrisa y recuerden que ellos hicieron parte de eso’’ dice Deúniti.
Para ambos colectivos es importante la participación de las personas, pues sin dicha participación no se podrían realizar estas actividades, pero para muchas personas no es solo una actividad, es un desahogo y una solución a la vida.